Cómo nuestro estudio de branding creó la identidad integral de una bebida alcohólica como side project (hasta que fue plagiada)
Este proyecto no tiene un carácter comercial.
La historia de la concepción y el diseño de marca Ratafia Tafanera
Desde nuestra agencia de branding siempre hemos llevado a cabo side projects. En primer lugar, por un impulso creativo y por diversión, cuando ciertas ideas ganan tanta fuerza que se convierten en inevitables y no podemos soportar no llevarlas a cabo. Pero también, de una forma más consciente y profesional, para testearnos a nosotros mismos más allá de los proyectos de nuestros clientes y también para establecer colaboraciones y vínculos con profesionales de otras disciplinas. Bien orientados, los side projects también nos permiten dar músculo a nuestro portafolio y dirigirnos eventualmente hacia sectores y tipologías de clientes varios.
Este artículo presenta el making-of integral de una marca de ratafia como side project –concepto de marca, naming, identidad visual, packaging y storytelling–, hasta que el proyecto acabó plagiado y la marca registrada legalmente por “emprendedores” espontáneos.
Ratafia
La ratafia, originaria del Pallars (Cataluña), es un antiguo destilado que tiene como base la maceración en aguardiente de nueces verdes, hierbas y otras plantas silvestres, frutos y flores, a menudo con propiedades medicinales. Algunas incluyen hasta 100 ingredientes distintos, y se dice que la tradición manda recogerlas la madrugada del 24 de junio, verbena de San Juan –también llamada Noche de Brujas y Noche de Fuego–, celebración del solsticio de verano de origen pagano.
Aunque a menudo se ha elaborado de forma casera (las recetas de la ratafia pasan de generación en generación a veces de forma poco concreta, dando lugar a formas muy variadas de prepararla), también existen marcas comerciales de ratafia con una larga tradición como Russet, Bosch o Pujol.
Si bien se ha consumido tradicionalmente como digestivo de sobremesa y prácticamente sólo en la Cataluña Norte, en los últimos años estamos asistiendo a un renacimiento de la ratafia de la mano de multitud de jóvenes productores, que la están poniendo de moda entre el público joven reivindicándola como una bebida identitaria de Cataluña y buscando nuevas formas (pasando de beberse a temperatura ambiente a beberse fría), momentos (pasando del día a la noche) y lugares de consumo (pasando de la mesa a la barra de la discoteca).
Ratafia Tafanera. Brand concept y naming
El concepto de la marca se arraiga en las propiedades medicinales que se atribuyen históricamente a la ratafia, y a los conocimientos botánicos de las hierbas medicinales que la componen y que eran atribuidos a las brujas.
Partiendo de este concepto, el naming se inspira en el personaje histórico de Margarita Tafanera (Terrassa, Barcelona,1575–1619), que fue acusada de brujería, torturada por La Inquisición Española y ejecutada. La suya fue una vida miserable, marcada por la pobreza y por conflictos de orden público, incluyendo pasearse de noche por los tejados, quién sabe por qué. En el hombro llevaba –según dicen– la prueba inequívoca de la señal con la que el diablo marcaba a algunas mujeres.
En catalán la palabra “tafaner/a” es un adjetivo que se aplica a aquellos que ejercen una curiosidad malsana y excesiva en cosas que no deberían importarles, en asuntos ajenos. Puede traducirse al castellano por chafardero, entremetedor y mirón.
(Foto superior) La Serra de l’Obac –nombre que proviene de “obaga”, aquella vertiente de la montaña que es más sombría, donde no penetra el sol– es un escenario único que limita con la ciudad de Terrassa, donde vivió Margarita Tafanera, y juega también un papel esencial en el storytelling de la marca. Además de la particularidad que su propio nombre indica, con formaciones rocosas que generan grandes extensiones de bosque a la sombra, La Serra de l’Obac se caracteriza por una diversidad botánica extraordinaria, reuniendo en abundancia plantas medicinales de todo tipo.
Identidad visual y packaging
La etiqueta se soluciona con un collage fotográfico simétrico, a partir de elementos de inspiración botánica y naturalista con una fuerte carga simbólica –hierbas medicinales, serpientes, cuervos, insectos, etc.–, combinado con tipografía y con el elemento identitario central: el ojo que mira a través del cerrojo.
El envase de tipo médico y de formato reducido recuerda al de un jarabe, enfatizando las propiedades medicinales que se atribuyen históricamente a la ratafia. En el shooting de producto, el envase se presenta en una cesta de mimbre, utensilio para la recolección de plantas silvestres.
(Foto superior) El ojo de La Tafanera, que todo lo espía a través del cerrojo, es el elemento central del logotipo. Como símbolo, el ojo tiene reminiscencias de tradiciones simbólicas y ocultistas –entre las más próximas y evidentes, el ojo trinitario cristiano, o el ojo que todo lo ve de la masonería–, que ayudan a construir una estética propia pero inspirada y potenciada por la tradición simbólica.
Storytelling
“Se dice que hay un bosque en La Serra de l’Obac extenso y negro. Una inmensidad de zarzales, encinas y pinos tan oscura que parece más bien una cueva. –¿Sabes el sitio al que me refiero? Allí se hacen las mejores hierbas, las de la ratafia. Caminando por los márgenes, ausentes y con el cerebro del revés, los jóvenes que van a recolectarlas se ponen a cuatro patas como bestias, comen sotobosque y beben agua de los charcos. O suben a los árboles y se lanzan al vacío como pájaros. El bosque es tan profundo que se dice que nadie ha podido cruzarlo nunca sólo y si te pierdes en él sólo puedes encontrar la salida con la ayuda de una bruja. Sólo necesitarás hacer un pacto con ella. –¿Sabes de lo que te hablo? –Creo que sí.”
Desplegamos todo el imaginario fantástico propio de La Tafanera con detalles sobre la vida y la historia de Margarita Tafanera –libremente adaptados–, las propiedades de las plantas que se utilizan en la elaboración de la ratafia y otras formas de ser administradas, así como cuentos de pequeño formato inspirados en los parajes naturales en las que se localizan –entre otras cosas–. El uso del cuento como género narrativo nos facilita también la construcción de un storytelling con ecos míticos.
«En La Serra de l’Obac existen multitud de variantes del cuento del cuervo ciego: en Coma d’En Vila un cuervo que se comía las semillas de un campo recién plantado recibía un golpe de mango de un agricultor, y la mala suerte hacía que quedara ciego y muriera de hambre. El hombre, que se lo encontró a la mañana siguiente, lo colgó de un árbol para aleccionar a otras aves y bestias. Poco después nacía su hija, ciega. Tenía también un extraño plumaje, mezclado entre los cabellos. No era exactamente un cuervo, pero tampoco una niña. Cuando la colgaron todavía no sabía hablar, y a penas graznava». La transmutación mágica del cuerpo –de jóvenes a animales, de niña a cuervo, de mujer a raposa, de bruja a gato, etc.– es una constante del brand storytelling de La Tafanera.
El pacto, asociado a un ritual iniciático, es uno de los elementos del shooting nocturno de La Tafanera. El pacto forma parte también de la propia etimología de la palabra “ratafia”; del latín rata fiat, «sea ratificado».